Salida al Pol-Pol de los Oinak

Salida al pol-pol:
El sábado a la mañana todos/as nos dirigimos al Txirin ( nuestros locales de reunión) para partir rumbo a una nueva aventura. Cuando todos/as llegaron, nos pusimos en marcha y en el camino pasaron muchas cosas como por ejemplo: cansarnos, tropezarnos, caernos etc... 
Tras unas cuantas horas caminando, los monitores decidieron parar, fue entonces cuando vimos a unos chicos con dorsales que tenían números y como no sabíamos porque llevaban esos dorsales, fuimos a preguntarles.
Ellos amablemente nos contestaron que era porque estaban haciendo unas pruebas y que si no conseguían pasar esas pruebas, no podrían ser  guías de montaña. Después de descansar un buen rato decidimos seguir adelante. La mayoría de la gente ya estaba muy cansada y no podía seguir y sin darnos cuenta tras el increíble esfuerzo conseguimos llegar al refugio de Urkiola. Fue entonces cuando cogimos un asiento, nos sentamos tan panchos y nos pusimos a comer.
Después de comer los monitores decidieron hacer unos cuantos de juegos para entrar en calor. Mientras nuestros monitores ( Ester e Iñigo) organizaban la siguiente actividad, la gente decidió sacarse fotos con la cámara, mientras que otros jugaban a cartas y como no; haciendo trampas!.
Al cabo de un rato, cuando los monitores volvieron, empezamos con la actividad, un juego de adivinanzas. Para las 6 o 6:30 empezamos a subir al Pol-Pol. Al llegar, hacía un frío de la leche entonces pijama y empezamos a entrar en calor. Después de cenar recogimos los platos y nos fuimos a la sala pequeña a jugar a cartas. Después de recoger todo  hicimos un resumen de lo que había pasado esa semana. Al acabar esa actividad nos fuimos a la cama.
 A la mañana siguiente los monitores se dieron cuenta que la leche estaba cortada, entonces no pudimos desayunar casi nada. Desayunamos unas cuantas galletas y la manzana. Pero al salir fuera del refugio, nos dimos cuenta que había nevado entonces  tras  recoger y limpiar toda la casa empezamos a jugar un rato en la nieve. Después de estar un rato en la nieve cogimos nuestras mochilas y empezamos el rumbo a la bajada. Había bastante barro, por ello, la gente se resbalaba y se caía en el barro y nos hicieron mucha gracia las caídas de la gente en el barro. AL final, ayudándonos mutuamente y tras hablar un buen rato llegamos al Txirin y cada uno se fue a su casa.


Andrea Oinak 

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