AZKARRAK II – SALIDA AL POL-POL



Era un viernes diferente. Como lo hago siempre, llegué a casa del insti, comí e hice los deberes para tener libre el finde. Pero hubo algo que cambió la rutina: fui a por la mochila, el saco y las linternas, me puse la pañoleta y metí el cuaderno entre toda la ropa. Era la primera salida de este nuevo curso de Inurri, la primera noche que pasaríamos juntos los de la rama, y no en cualquier sitio, sino en Pol-Pol, lugar de varias aventuras vividas en nuestras etapas de kos y kas. Empezaba lo mejor de lo bueno.


Cogí la cena que preparó mi ama, y fui para Madalena, donde habíamos quedado para coger el bus hacia Urkiola. Cenamos en la parada, riéndonos de las anécdotas del verano anterior que pasamos en Picos de Europa. Subimos al bus, y después de un tranquilo viaje bajamos en Urkiola. Eran las diez de la noche y estaba todo completamente oscuro.

La primera sorpresa vino cuando los monis nos dijeron “chavales, no saquéis las linternas de las mochilas, que no las vamos a usar en el camino”. Seguramente ahora dirán que no, pero yo vi que la gente se asustaba.


Emprendimos ese camino que tan bien conocíamos en la oscuridad, haciendo bromas para asustar a los demás. Según nuestra vista se acostumbraba a las penumbras, nos dábamos cuenta de que era imposible que hubiese oscuridad, porque estábamos rodeados de contaminación de la luz. El camino trascurrió sin incidencias, si nos olvidamos de los dos caballos que asustamos.

Llegamos al refugio, al centro del Parque Natural de Urkiola, uno de los entornos más bonitos de Euskadi. Abrimos la puerta del refugio, y muchos recuerdos de nuestra infancia, nuestro inicio en Inurri, nos dieron la bienvenida. Borja encendió la chimenea y entramos en calor. Descansamos un poco, nos repartimos las camas y empezamos con las actividades.


Trabajamos la naturaleza, uno de los cuatro aspectos de San Francisco de Asís que vamos a trabajar durante este curso. Escuchamos un relato y leímos la letra de una canción que posteriormente escuchamos y cantamos. Aprendimos que la naturaleza no es sólo lo que se ve, sino que trasmite varios valores. Donde se ve un monte, un árbol, hay valores como belleza, progreso, esperanza, vida. . . nos dimos cuenta que, al igual que a una persona hay que mirarla a su interior, la naturaleza también nos trasmite valores. Ahora miraremos las cosas de otra forma.

Después de esta actividad nos fuimos a dormir. La noche fue tranquila, quitando algún momento tenso por los fuertes ronquidos. Nos despertamos pronto, en un día lluvioso y gris, en el ombligo de Durangaldea, rodeado de montes, árboles, animales y más montes. Desayunamos, nos vestimos y salimos a dar un paseo bajo la lluvia. 

Nos dirigimos hacia Zabalandi, rodeando la cara sur de Anboto. Por el camino entre hayas, vivimos uno de esos momentos que nos regala el otoño: nos tiramos todos a los montones de hojas caídas que había en el suelo, sin importar mojarnos ni pasar frío, lo importante era disfrutar todos juntos.

Llegamos a Zabalandi mojados hasta los huesos. Buscamos la fuente para quitarnos la sed, y nos paramos un poco a hablar. Miramos al alrededor, y dijimos lo que nos trasmitía aquel magnífico entorno respecto a lo aprendido el día anterior. Muchos vimos belleza en ese paraje, otros vimos progreso, vida…cada uno compartió su punto de vista.


Volvimos al refugio y empezamos a preparar la comida, porque en breve llegaban nuestros padres. Les preparamos unos macarrones deliciosos (como siempre) y comimos todos juntos. Luego estuvimos haciendo la digestión alrededor del fuego, o tumbados en los sofás. Pero llegó la hora de recoger todo y limpiar la casa hasta dejarla reluciente. Nos sacamos una foto y empezamos el descenso hacia Urkiola, por el mismo camino que el día anterior recorrimos en la oscuridad, aunque esta vez fuimos rodeados por una densa niebla. Bajamos a Durango, hicimos el Agur Eskaut en el Txirin y cada uno se fue a su casa.


Fue una experiencia breve pero intensa, en menos de 24 horas recordamos nuestra infancia, disfrutamos de la naturaleza, aprendimos sobre San Francisco de Asís y nos lo pasamos genial. Vamos abriendo camino con un ojo puesto en Italia, pero disfrutando de cada momento que hay antes de ese viaje.




Unai Blanco, Azkarrak II

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