“Erase una vez, una princesa que vivía encerrada en un castillo muy muy muy lejano. En ese castillo, vivía un hechicero, y el hechicero, era quien custodiaba el castillo, y con sus hechizos, no dejaba que nadie entrase a rescatar a la princesa. Pero, la princesa era TAAAN bella, que todos los hombres del mundo querían conocerla y casarse con ella.
Un día, la princesa se enteró de que el hechicero, había prometido, que el hombre que consiguiese pasar todas las pruebas que hacían falta para entrar al castillo, él se podría casar con la princesa. A la princesa, no le gustó nada la idea. ¿por qué le tenían que decir con quién se podía casar? ¿ella quería casarse? ¿ a ella le gustaban los hombres? Un millón de dudas pasaron por su cabeza. Y esa noche, tuvo la pesadilla de que el hombre más feo, peludo, gordo, baboso y mugriento conseguía pasar las pruebas y casarse con ella. Se despertó con ganas, bajó a donde el hechicero para decirle que ella iba a ser quien decidiese. Y el hechicero le dijo, que si quería eso, debía superar las mismas pruebas que los otros. Y la princesa, armada de valor y ganas… se puso a ello.”
Todas somos princesas que luchamos por nosotras mismas, no queremos hombres que nos ayuden y que nos salven, nosotras podemos solas.
Ester Ferre García
PD: Dedicado a Iraide, con todo mi amor!
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